Esta nota del periodista Pablo Alabarces de Crítica trata un tema que planteé hace algunos posts, sobre quiénes tienen voz en las protestas en nuestro país. Basándose en un estudio del historiador inglés Edward Palmer Thompson, considera que toda protesta popular es automáticamente desacreditada en nuestro país como producto del clientelismo y toda protesta de clase media, gauchesca o cacerolera, es respetada y sobre todo escuchada. Aunque no queda del todo claro, creo que la intención del periodista es decir ok, el clientelismo existe, no cabe duda, pero se está usando como argumento para desacreditar cualquier tipo de protesta de sectores de clase baja cuyas necesidades son mucho, pero mucho más urgentes que las protestas que reciben atención. Yo le agregaría a la nota que el asunto es peor aún, porque los sectores catalagados como infradotados seguidores del pancho y la coca tienen igualmente una voz; en cambio los millones de personas que subsisten en villas miserias de la capital, del Gran Buenos Aires, de las periferias de las otras grandes ciudades, los aborígenes del Chaco, etc, etc, etc directamente están mudos. Quiero decir, es tal el grado de anulación en el que viven que aunque en los comedores no les alcance la comida, aunque vivan con cuatro chapas y en terreno contaminado, aunque no tengan los servicios más básicos como cloacas, agua potable y luz, aunque los hospitales a los que concurren no tengan insumos y ellos no puedan pagarse los medicamentos más esenciales, aunque las perspectivas de futuro sean nulas porque no tienen forma de acceder al sistema financiero formal y porque los pocos que logran superar los problemas arrastrados por la desnutrición y la violencia y terminar el colegio no van a poder hacer nada con ése título, porque nunca van a conseguir una garantía para alquilar algo o un crédito para hacerse una casa de material, y podría seguir...
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http://www.criticadigital.com/index.php?secc=nota&nid=6977
lunes, 7 de julio de 2008
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